Los denominados carros de sangre fueron uno de los primeros medios de transporte masivo que tuvo la ciudad.
Fue entonces cuando hicieron su debut en la capital los carros de sangre, que es
como los santiaguinos llamaban a los tranvías tirados por caballos.
En Santiago, en 1900, comenzaron a correr tranvías eléctricos. Aquí circularon desde el 25 de diciembre de 1904, propiedad de una empresa alemana con casa matriz en Berlín, la Elektrische Strassenbahn Valparaíso. Eran siete carros con segundo piso, "imperial", construidos en Colonia, Alemania, por la firma Van Der Zypen & Charlier.
En Santiago, en 1900, comenzaron a correr tranvías eléctricos. Aquí circularon desde el 25 de diciembre de 1904, propiedad de una empresa alemana con casa matriz en Berlín, la Elektrische Strassenbahn Valparaíso. Eran siete carros con segundo piso, "imperial", construidos en Colonia, Alemania, por la firma Van Der Zypen & Charlier.
El sistema de tranvías funcionaba las veinticuatro horas del día. Se cobraba un
pasaje diurno, desde las 5 de la mañana a las 9 de la noche y una tarifa
nocturna, que subía al doble, desde esa hora hasta las 5 de la madrugada.
Línea Nº 30 San Eugenio-Cementerio Católico: Partía en el Cementerio Católico por Avenida Recoleta, seguía por Avenida Santa María, Avenida Balmaceda, Estación Mapocho, Bandera, Alameda Bernardo O'Higgins, Bascuñán Guerrero hasta Antofagasta. Regresaba por San Alfonso, Blanco Encalada, Molina, Alameda Bernardo O'Higgins, Ahumada, Puente, Avenida Santa María, Recoleta hasta volver a la esquina con el Cementerio Católico. Por las noches, partía desde la Garita de Mapocho hacia Bandera, Alameda Bernardo O'Higgins, Bascuñán Guerrero hasta Antofagasta, y regresaba por San Alfonso, Blanco Encalada, Molina, Alameda Bernardo O'Higgins, Ahumada, Puente hasta Estación Mapocho.
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